martes, 10 de noviembre de 2009

Lesbia Feliciano

¡Felicidades, Lesbia!





Sólo había tomado con ella dos cursos. Finalizaba la maestría cuando yo comenzaba. Y el día de la graduación, en el salón de graduandos, la vi, como perdida, entre tantos estudiantes. La saludé y me devolvió el saludo con efusividad, y ya no pude separarme de ella durante toda la ceremonia: la "adopté" por un día. Y mientras los mensajes se sucedía en el proscenio, ella me contaba su experiencia fuera de Puerto Rico: de su trabajo, su esposo, todos los momentos difíciles que habían pasado y que poco a poco iban superando. En la parte de atrás del inmenso salón estaban sus padres, entre tantos otros. Su esposo e hija no pudieron viajar. Pero este momento no lo podía dejar pasar. Y desde allí mismo, desde mi celular, enviamos a su familia las imágenes de lo que estábamos viviendo.

¡Lesbia, te deseo mucho éxito y mil bendiciones donde quiera que estés!

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